Cuántas veces he estado en el frío y la niebla
del andén, esperándote. Paseaba
carraspeando, comprando periódicos sin nombre,
fumando Giuba, suprimidos luego
por el estúpido ministro del tabaco.
Quizás un tren fallido o uno de refuerzo
o un servicio anulado. Examinaba
las carretillas de los equipajes
por si viniese el tuyo y tú llegaras,
demorada, después. Y surgías, la última.
Es tan sólo un recuerdo. Pero en sueños me acosa.
-Eugenio Montale-